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Mal de altura y aclimatación

Mal de altura y aclimatación. El mal de altura, conocido científicamente como hipoxia hipobárica, es una afección que puede afectar a aquellos que ascienden rápidamente a altitudes elevadas en este caso como el Cusco. A medida que ganamos altitud, la disminución de la presión atmosférica resulta en una menor disponibilidad de oxígeno, lo que puede desencadenar síntomas como dolor de cabeza, náuseas y fatiga entre otros.

La aclimatación, proceso clave para adaptarse a altitudes elevadas, es esencial para prevenir y mitigar los efectos del mal de altura o comúnmente conocido como soroche. Este proceso implica exponer gradualmente al cuerpo a condiciones de menor presión de oxígeno, permitiendo ajustes fisiológicos, como la producción de hemoglobina, que facilitan la entrega de oxígeno a los tejidos, siempre y cuando el cuerpo tenga reservas de hierro en el organismo.

Durante la aclimatación, el cuerpo produce más glóbulos rojos, aumenta la capacidad pulmonar y mejora la eficiencia en la utilización del oxígeno. Este proceso puede llevar varios días, dependiendo de la altitud. Es crucial respetar los límites de ascenso recomendados para permitir una aclimatación efectiva y reducir el riesgo de mal de altura.

En entornos de gran altitud, la paciencia y la escucha activa de los síntomas son fundamentales. En casos graves de mal de altura, el descenso a altitudes más bajas es la intervención más efectiva.

La aclimatación es la clave para que los aventureros y montañistas disfruten de sus experiencias en altitudes elevadas de manera segura y placentera. Planificar con anticipación, ascender gradualmente y estar atento a las señales del cuerpo son pasos fundamentales en la mitigación del mal de altura y la promoción de una experiencia en altura más saludable y gratificante.

Prevención del mal de altura en el Cusco

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Prevención del mal de altura

Prevención del mal de altura o soroche. “A mi no me afecta la altura”, podría ser la expresión más escuchada a la hora de preguntarle a los trail runners sobre cómo se preparan para prevenir el mal de altura. No obstante, las recomendaciones que ofrecemos a continuación están dedicadas también a los que efectivamente han alcanzado adaptarse de manera adecuada a la altitud.

Para correr en altitud, es importante tener presente algunas premisas que te servirán tanto para el proceso de adecuación de tu cuerpo a la altitud, como para mantener o conservar la aclimatación.

La hidratación

Hidratarse es fundamental para que el cuerpo inicie el proceso de aclimatación o adaptación a la altitud. Uno o dos días antes de comenzar tu proceso de adaptación no descuides tu consumo de líquidos. Igualmente, mientras permanezcas en altitud, ten presente hidratarte frecuentemente pues aun cuando no sientas sed las condiciones atmosféricas podrían deshidratarte sin que te des cuenta.

La alimentación

Hasta que no estés perfectamente aclimatado, desincorpora las grasas y las proteínas a tu dieta durante el proceso de aclimatación. Los carbohidratos y los azúcares serán tu mejor aliado durante este proceso. Náuseas y vómitos pueden ser la consecuencia de no cuidar tu alimentación en las etapas iniciales de la aclimatación. 

IMPORTANTE: Aumentar las reservas de Hierro es fundamental para producir mas hemoglobina en el momento que el cuerpo este en adaptacion. La hemoglobina es una pieza fundamental para la prevención del mal de altura.

Caminar y no correr

El proceso de aclimatación requiere que asciendas a cotas elevadas de manera gradual, y tu adaptación será más efectiva y rápida mientras más tranquilas sean tus caminatas en altitud. Al contrario, correr en altitud podría dificultar el proceso de adaptación además de generarte dolor de cabeza, náuseas, indigestión, entre otras dolencias.

Cada actividad a su tiempo

No trates de combinar ambas actividades (entrenamiento y aclimatación) pues cada uno de estos procesos requiere no solamente diversas actividades sino también diferentes requerimientos nutricionales, además de presentar diversas condiciones ambientales y climatológicas.

Aclimatar al final

Recuerda que debes ante todo adaptar tu cuerpo a la altitud cuando ya estés totalmente entrenado y acercándose la fecha de la competencia para no perder la condición de aclimatado con el paso del tiempo.

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